Familias españolas en Londres protestan por el cierre de siete aulas ALCE

Se concentraron ante la Embajada española para reclamar una solución / También en Suiza y Alemania ha habido cierres

ALCE Londres
Protesta por el cierre de las aulas ALCE de Londres frente a la Embajada de España.

En medio de la multicultural urbe de Londres, un grupo de familias españolas se enfrenta a una situación desafiante: el cierre de siete aulas de la Agrupación de Lengua y Cultura Españolas (ALCE). Estas aulas, que han sido parte de la vida de muchas familias durante años, enfrentan un futuro incierto, y la comunidad española en la capital británica se moviliza para defender la educación de sus hijos. Con una reducción de tres horas presenciales a tan solo hora y media, y siendo desplazados a un aula internacional con diversas deficiencias, las familias se encuentran en una situación precaria.

Además, se ha revelado una serie de irregularidades en el proceso, desde presiones para manipular encuestas hasta la falta de transparencia en la gestión de recursos. La falta de apoyo por parte de las autoridades educativas es evidente. La reducción presupuestaria, agravada por la pandemia, ha dejado a las aulas en una posición vulnerable.

A pesar de las propuestas de solución por parte de las familias, como cubrir los costos de alquiler de las aulas, las respuestas han sido evasivas y poco claras. La presencialidad en las clases también ha sido motivo de debate.

En un giro irónico, la directora del ALCE, Mercedes Mesa Martínez, rechaza la idea de clases en línea, argumentando que esta fue una medida de emergencia durante el confinamiento. Esta postura genera indignación entre las familias, que ven cómo se menosprecia una opción que podría ser crucial para aquellos niños cuyas circunstancias no les permiten asistir físicamente a las aulas asignadas.

Ante esta situación, la comunidad española en Londres se une en un frente común. La movilización se extiende a través de las redes sociales y las asociaciones de familias, buscando dar voz a la necesidad de sus hijos y exigiendo soluciones concretas a las autoridades pertinentes. La lucha no solo es por la supervivencia de las aulas, sino por el derecho fundamental a una educación de calidad para sus hijos.

Agrupación ALCE Londres
Los alumnos se concentraron para protestar.

Así lo manifestaron el pasado 28 de abril en una concentración de protesta ante la Embajada de España en Londres y en presencia del actual consejero de Educación, Fernando Bartolomé Usieto, quien salió al encuentro de los manifestantes y se comprometió a seguir explorando alternativas.

Desde la Embajada indicaron que su titular, José Pascual Marco, está supervisando el asunto y hay un gran interés por resolver la situación.

Un trasfondo de descontento se ha gestado entre las familias y la Consejería y el epicentro de esta discordia radica en las políticas del programa que ha sido objeto de controversia y frustración para muchos.

El problema radica en que el Gobierno español ha decidido «fusionar» varias aulas, según palabras del consejero de Educación, lo que, según indicó, no solo no va a afectar al número de plazas ofertadas, 2.200, sino que incluso podrían aumentarse.

Los padres aseguran, sin embargo, que el 23% de las familias con hijos en las aulas ALCE de Londres pueden verse afectadas por las que desaparecen y que la reestructuración se hizo sin consultarles e incluso muchos de ellos se enteraron de los cierres al ir a inscribir a sus hijos para el próximo curso. Añaden, según publica el diario El Mundo, que el 97% de las 164 familias afectadas se opone a los cierres y el 81% considera que sus hijos abandonarían el programa.

Las familias londinenses han levantado la voz contra lo que perciben como una actitud ambivalente por parte de las autoridades educativas. Se sienten como si la Consejería estuviera jugando con las reglas del juego a su conveniencia, dando giros inesperados a políticas establecidas según les plazca. Padres y madres recuerdan cómo propuestas previas fueron rechazadas sin miramientos, argumentando restricciones logísticas o presupuestarias. Sin embargo, ahora se les insta a participar en sesiones sabatinas, una medida que choca frontalmente con lo que se les había informado previamente sobre la disponibilidad del programa exclusivamente de lunes a viernes, en base a un acuerdo con el profesorado.

La presidenta de la Asociación de Familias Españolas en el Reino Unido (Aferu), Carmen Pascual, señala que el cierre de siete aulas, algunas con una larga historia de servicio y con 200 alumnos, como la de Sloane Square , ha dejado a las familias con sentimientos de consternación y frustración. Según Pascual, este proceso se ha llevado a cabo de manera caótica, con una falta notable de transparencia y comunicación por parte de las autoridades educativas. Las decisiones se toman sin consultar adecuadamente a las familias afectadas y se les instruyó de manera inapropiada sobre cómo responder a las encuestas y formularios relacionados con la matriculación.

Presión sobre las familias y falta de recursos

Además del cierre de aulas, las familias se enfrentan a una serie de desafíos adicionales. La falta de recursos y apoyo adecuado por parte de las autoridades ha generado preocupaciones sobre la viabilidad del programa educativo. “Denunciamos la falta de previsión por parte de la Consejería, especialmente en lo que respecta al presupuesto asignado para el programa. A pesar de las reducciones en el presupuesto, las demandas educativas de las familias no han disminuido, lo que ha llevado a una situación insostenible. Hemos leído el reglamento de las ALCE y no consta en ningún lugar que no sea pueda crear un ‘charity’ o una donación al colegio para que podamos abaratar costes y mantener las aulas. Los padres estamos dispuestos a todas estas opciones que, una vez más, son propuestas que no llegan a buen término”, afirma Pascual.

Agrupación ALCE Londres
Uno de los participantes.

Ante las preguntas y preocupaciones planteadas por las familias, las autoridades educativas han ofrecido respuestas insatisfactorias y evasivas, incluso, algunas ni siquiera han recibido una respuesta señala la presidenta de Aferu. “La falta de compromiso y acción por parte de las autoridades para abordar estas preocupaciones ha llevado a un creciente sentimiento de desconfianza y frustración entre las familias españolas en Londres. La próxima semana tendremos una nueva reunión, la cual esperamos sea más fructífera y obtengamos más respuestas”, añade.

Movilización

En respuesta a esta crisis, las familias españolas en Londres con el apoyo de Aferu, los Consejos de Residentes y los consejeros del Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior (CGCEE), están uniendo fuerzas para hacer frente a los desafíos que enfrentan, entre ellos, abrir el camino para solicitar reuniones con las autoridades educativas y movilizar a la comunidad para defender los derechos educativos de sus hijos. Desde Aferu hacen un llamamiento a todas las familias afectadas a unirse en un frente común para exigir transparencia, apoyo y soluciones concretas a esta situación.

Carmen Pascual señala que “tanto en Suiza como en Alemania, el cierre de varias aulas ha generado, al igual que en Londres, una gran inquietud y preocupación a las familias sobre el futuro de estas clases y la continuidad de aprendizaje de sus hijos”.

«El cierre de estas aulas no solo afecta su educación, sino también su bienestar emocional y social. Es un desarraigo de sus raíces, de su identidad. La educación es un derecho fundamental para todos los niños, independientemente de su origen o situación migratoria, y cerrar las puertas de oportunidades educativas sólo perpetúa la desigualdad y la exclusión”, transmitieron algunas familias en Suiza.

“Para nuestros hijos, las aulas ALCE no solo representan un lugar para aprender el idioma y la cultura española sino también un espacio para conectarse con su tierra natal y mantener vivas sus raíces en un entorno extranjero; un sentido de comunidad y apoyo para estos jóvenes lejos de casa. La falta de oportunidades para practicar su idioma materno y mantener sus lazos culturales puede tener un impacto profundo en su identidad y sentido de pertenencia” señalaron algunas familias desde Alemania

Ante esta situación preocupante, para Carmen Pascual es fundamental que, tanto la Consejería de Educación como las instituciones educativas asociadas con el programa ALCE, trabajen en conjunto para encontrar soluciones efectivas que permitan garantizar la continuidad y el éxito de esta iniciativa. “El cierre de aulas representa un desafío significativo para el programa ALCE, pero con un enfoque colaborativo y creativo con las familias es posible superar estos obstáculos y continuar brindando a los estudiantes las herramientas y experiencias necesarias para convertirse en ciudadanos globales”, concluye.

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